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Era el año de 1992 y los Juegos Olímpicos que se celebraban en Barcelona, España, ya daban de que hablar. Era el turno de los 400 metros planos, sin duda alguna los corredores darían su mejor empeño, pero por esta ún
ica vez, el ganador se quedo corto! Así es, pues el que levanto todo una ola de lágrimas, corage, esperanza, perseverancia y tenacidad, no fue ni más ni menos que el último corredor que piso la línea de meta. Su nombre: Derek Redmond, un atleta Inglés, este tío si que es una máquina, entreno por muchos años para las Olimpiadas y al fin pudo competir. En sus marcas, listos, fuera!! El público observaba la carrera mientras los corredores presionaban el acelerador al máximo, faltaban unos cien metros cuando los ojos de la multitud reposaban en un corredor que disminuyo el turbo, debido a una mala jugada del destino, era una lesión en la pierna izquierda, en el tendón de la corva y al sentir tanto dolor no pudo contenerse más y cayó. Se quejo por unos segundos, no creía lo que le había pasado, porque a mi? pasaba por su mente; los guardianes del orden intentaron ayudarle, pero en un parpadeo se puso de pie. En su mente en lo único en que podía pensar era: no vine aquí en vano, no entrene todos estos años para ser vencido así, me costo mucho trabajo venir hasta aquí, sacrifique mis días, mis horas, no me quedare acá, yo seguiré avanzando, sueltenme, sueltenme!! aunque no pueda moverme libremente, seguiré corriendo, aunque me arrastre llegaré hasta la meta, de paso en paso, de salto en salto!. El público había olvidado al ganador del oro y veía a un guerrero inglés, que sostenía su espada a pesar de haber perdido el escudo, las lágrimas en la gente lo decía todo. Faltaba poco por llegar, Derek ya no soportaba más, cuando Jim Redmond su padre, sale del mismo publico, se salta la baranda, dribla a la seguridad y apoya a su hijo en ese camino, los guardias tratan de detenerlos, pero la mirada de Jim hacia ellos dice: "Si llegan a interferir les doy una paliza, soy su padre y le ayudaré a cruzar la meta" los guardias lo entienden y los dejan continuar. Jim toma la mano de su hijo, lo apoya con el hombro y juntos cruzan la meta. Al final Derek llora desconsoladamente, no creo que de dolor, eso es algo a lo que está acostumbrado un guerrero, Derek lloraba de "no entiendo porque paso esto". Derek no se llevo el oro, pero esa escena ha quedado grabada en la mente y ha dado esperanza a todo aquel que se propone alcanzar una estrella en la vida... "y esa derrota se gano el oro en el corazón de la gente, una derrota que le regalo al mundo una cátedra magistral de corage, ambición, dolor, perseverancia y fe".
Era el año de 1992 y los Juegos Olímpicos que se celebraban en Barcelona, España, ya daban de que hablar. Era el turno de los 400 metros planos, sin duda alguna los corredores darían su mejor empeño, pero por esta ún
ica vez, el ganador se quedo corto! Así es, pues el que levanto todo una ola de lágrimas, corage, esperanza, perseverancia y tenacidad, no fue ni más ni menos que el último corredor que piso la línea de meta. Su nombre: Derek Redmond, un atleta Inglés, este tío si que es una máquina, entreno por muchos años para las Olimpiadas y al fin pudo competir. En sus marcas, listos, fuera!! El público observaba la carrera mientras los corredores presionaban el acelerador al máximo, faltaban unos cien metros cuando los ojos de la multitud reposaban en un corredor que disminuyo el turbo, debido a una mala jugada del destino, era una lesión en la pierna izquierda, en el tendón de la corva y al sentir tanto dolor no pudo contenerse más y cayó. Se quejo por unos segundos, no creía lo que le había pasado, porque a mi? pasaba por su mente; los guardianes del orden intentaron ayudarle, pero en un parpadeo se puso de pie. En su mente en lo único en que podía pensar era: no vine aquí en vano, no entrene todos estos años para ser vencido así, me costo mucho trabajo venir hasta aquí, sacrifique mis días, mis horas, no me quedare acá, yo seguiré avanzando, sueltenme, sueltenme!! aunque no pueda moverme libremente, seguiré corriendo, aunque me arrastre llegaré hasta la meta, de paso en paso, de salto en salto!. El público había olvidado al ganador del oro y veía a un guerrero inglés, que sostenía su espada a pesar de haber perdido el escudo, las lágrimas en la gente lo decía todo. Faltaba poco por llegar, Derek ya no soportaba más, cuando Jim Redmond su padre, sale del mismo publico, se salta la baranda, dribla a la seguridad y apoya a su hijo en ese camino, los guardias tratan de detenerlos, pero la mirada de Jim hacia ellos dice: "Si llegan a interferir les doy una paliza, soy su padre y le ayudaré a cruzar la meta" los guardias lo entienden y los dejan continuar. Jim toma la mano de su hijo, lo apoya con el hombro y juntos cruzan la meta. Al final Derek llora desconsoladamente, no creo que de dolor, eso es algo a lo que está acostumbrado un guerrero, Derek lloraba de "no entiendo porque paso esto". Derek no se llevo el oro, pero esa escena ha quedado grabada en la mente y ha dado esperanza a todo aquel que se propone alcanzar una estrella en la vida... "y esa derrota se gano el oro en el corazón de la gente, una derrota que le regalo al mundo una cátedra magistral de corage, ambición, dolor, perseverancia y fe". 
No se cual sea tu dificultad o donde haya sido tu calambre, pero siempre debes terminar lo que empiezas!! Nunca estás solo, siempre estará Dios a tu lado tu y Él te tomará de la mano y te ayudará a cruzar, eso "si es que tienes las agallas suficientes para levantarte de nuevo para correr, para estudiar, para luchar y para cumplir tus sueños". Levantate y Camina, y Dios te ayudará!
Sin duda alguna Derek Redmond es un transformer!
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Dale click a este enlace y mira el vídeo:
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Escrito por: Rob X
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Transformate y Avanza
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on martes, julio 22, 2008
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